Trabajo de
Investigación
Prof. Jesús Monascal
Existen
innumerables motivos por los cuales muchas personas continúan aferradas al
modelo profesional y de crecimiento del siglo veinte (XX).
En ocasiones el
problema es la complacencia. Han triunfado, de modo que, ¿para qué cambiar?.
Otras veces no tienen una visión clara del siglo veintiuno (XXI), y por lo
tanto no saben en qué sentido tienen que cambiar. Pero muchas veces el miedo es
el que constituye el problema esencial. Escuchan historias de horror sobre
personas que han sido víctimas de reducciones de personal o que han perdido su
empleo a causa de un proceso de reingeniería. Les preocupa los gastos médicos,
de vehículos y todos los gastos generales que se realizan mes a mes. De modo que
no piensan en el crecimiento, no piensan en la renovación personal, no piensan
en desarrollar el potencial de liderazgo que pudieran poseer. En lugar de ello,
se aferran con actitud defensiva a lo que tienen en la actualidad. En efecto,
se aferran al pasado, no al futuro.
Por
ello, lo mejor será que la mayoría de las personas aprendan cómo enfrentar el
cambio, cómo desarrollar el potencial de liderazgo que puedan poseer, y cómo
ayudar a las organizaciones y al personal que en ella labora en el proceso de
transformación. En definitiva, se debe dar saltos hacia el futuro para lograr
la transformación en las organizaciones.
Es
aquí, donde las personas que están realmente interesadas en producir cambios son
los llamados a sobresalir en el siglo XXI, a estar dispuestos a pensar a largo
plazo sobre las empresas y organizaciones que queremos.
Según Jhon Kotter en su libro El
Líder del Cambio dice:
“La velocidad a la que avanza el cambio no da muestras de que vaya a disminuir en poco tiempo. Si acaso al contrario, lo más probables es que la competencia en la mayor parte de las industrias y organizaciones se acelere todavía más en las próximas décadas”
Lo que hasta ahora se consideraba excelencia o fuera de lo común, hoy
en día es la norma siendo el objetivo más importante el satisfacer los
requerimientos inesperados del cliente. En las empresas la tendencia constante
es hacia la necesidad del cambio. Por ello, los futuros líderes empresariales deben
ayudar a examinar y comprender el complejo mundo de las organizaciones, sus
fortalezas y debilidades, analizar a los competidores y el entorno cultural de
la organización, asegurando la posibilidad de integrar todas las estrategias
útiles del cambio.
En éste punto debemos preguntarnos: ¿a dónde deberán llegar las
organizaciones después de lograr un cambio verdadero?, podría decirse que el
cambio debe ser palpable para todos los empleados, que se conduzcan de manera
distinta y con más eficiencia que antes, que la organización sea más eficaz y
que haya modificado de manera significativa su posición competitiva, que pueda
innovar y adaptarse de manera continua a las nuevas oportunidades por medio de
la reinvención estratégica, al modificar las reglas, dentro y fuera de sí misma,
para crear y explotar mercados no explorados.
Como diría un pensador anónimo: ”El que no cambia con el cambio, el
cambio te cambiará”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario