martes, 20 de enero de 2015

¿CÓMO PASAR DEL SIGLO XX AL XXI?


Trabajo de Investigación
Prof. Jesús Monascal
Existen innumerables motivos por los cuales muchas personas continúan aferradas al modelo profesional y de crecimiento del siglo veinte (XX). 

En ocasiones el problema es la complacencia. Han triunfado, de modo que, ¿para qué cambiar?. 

Otras veces no tienen una visión clara del siglo veintiuno (XXI), y por lo tanto no saben en qué sentido tienen que cambiar. Pero muchas veces el miedo es el que constituye el problema esencial. Escuchan historias de horror sobre personas que han sido víctimas de reducciones de personal o que han perdido su empleo a causa de un proceso de reingeniería. Les preocupa los gastos médicos, de vehículos y todos los gastos generales que se realizan mes a mes. De modo que no piensan en el crecimiento, no piensan en la renovación personal, no piensan en desarrollar el potencial de liderazgo que pudieran poseer. En lugar de ello, se aferran con actitud defensiva a lo que tienen en la actualidad. En efecto, se aferran al pasado, no al futuro.

Por ello, lo mejor será que la mayoría de las personas aprendan cómo enfrentar el cambio, cómo desarrollar el potencial de liderazgo que puedan poseer, y cómo ayudar a las organizaciones y al personal que en ella labora en el proceso de transformación. En definitiva, se debe dar saltos hacia el futuro para lograr la transformación en las organizaciones.

Es aquí, donde las personas que están realmente interesadas en producir cambios son los llamados a sobresalir en el siglo XXI, a estar dispuestos a pensar a largo plazo sobre las empresas y organizaciones que queremos.

            Según Jhon Kotter en su libro El Líder del Cambio dice:

“La velocidad a la que avanza el cambio no da muestras de que vaya a disminuir en poco tiempo. Si acaso al contrario, lo más probables es que la competencia en la mayor parte de las industrias y organizaciones se acelere todavía más en las próximas décadas”

Lo que hasta ahora se consideraba excelencia o fuera de lo común, hoy en día es la norma siendo el objetivo más importante el satisfacer los requerimientos inesperados del cliente. En las empresas la tendencia constante es hacia la necesidad del cambio. Por ello, los futuros líderes empresariales deben ayudar a examinar y comprender el complejo mundo de las organizaciones, sus fortalezas y debilidades, analizar a los competidores y el entorno cultural de la organización, asegurando la posibilidad de integrar todas las estrategias útiles del cambio.

En éste punto debemos preguntarnos: ¿a dónde deberán llegar las organizaciones después de lograr un cambio verdadero?, podría decirse que el cambio debe ser palpable para todos los empleados, que se conduzcan de manera distinta y con más eficiencia que antes, que la organización sea más eficaz y que haya modificado de manera significativa su posición competitiva, que pueda innovar y adaptarse de manera continua a las nuevas oportunidades por medio de la reinvención estratégica, al modificar las reglas, dentro y fuera de sí misma, para crear y explotar mercados no explorados.


Como diría un pensador anónimo: ”El que no cambia con el cambio, el cambio te cambiará”.

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